Las polarizaciones hechas internas
Entrecruzamientos de discursos. Ello es lo que pondera hoy por hoy en la principal coalición gobernante. Tanto Alberto Fernández (AF) como Cristina Fernández de Kirchner (CFK) se esbozan con total énfasis sus razonamientos sobre la actualidad del país y, por supuesto, aquello que tiene que ver con las cuestiones de fondo a resolver.
El vigente proyecto de ley aprobado en ambas cámaras del Parlamento -con dosier por parte del principal conglomerado opositor- alentó, avaló y duplicó el clímax preexistente en el Frente de Todos. Puertas para adentro fue imposible trabajar para el latido del oficialismo nacional. Por otro lado, son evidentes las cuestiones de fondo que AF enfatizó atender, y que -pandemia mediante- olvidó.
Por supuesto que se pueden remarcar y abordar infinidades de cuestiones que fueron transcurriendo a lo largo de estos años. Imposible en una publicación tomarlas todas. El fin del emito apunta a la imperiosa solución de los conflictos internos y externos; así, los y las argentinas, lo merecen. El arco político en general está en deuda con sus súbditos.
Si los dirigentes no son capaces de juntarse a debatir ideas, exponer las malas y reforzar las buenas, ¿Qué queda para la ciudadanía de a pie, a la que el salario no le alcanza para una compra mínima de alimentos (en un país productor de alimentos y donde, según estimaciones del INDEC, la inflación de febrero en el rubro superó el 7%)?
Ante la conclusión inmediata de este -primer- letrado, se hizo foco desde la óptica narrativa y sin lanzar ni atosigar con datos rígidos y duros de la realidad albiceleste.
El próximo encuentro promete historias sobre positivismo, mundanas y -quizá- más tranquilizadoras.